Tres meses… ¿Cuántos instantes podemos acumular en este tiempo? Los tirantes, un pantalón corto, unas Ray Ban a punto de caramelo, aquel pareo colorido, una toalla llena de arena, un par de chanclas sudadas y pisoteadas, el sol que nos tuesta como bollitos embadurnados en crema protectora… una caña, dos cañas, tres cañas… y cuenta hasta el infinito, es muy fácil así… las matemáticas siempre fueron mucho más inteligibles desde la barra de aquel chiringuito iluminado por la luna. El beso de esa noche de agosto, protagonista de mil historias contadas por teléfono, cartas, mails… o con un café como excusa perfecta. Ha sido un verano para recordar, puede que igual que todos los anteriores, pero diferente para cada uno de nosotros… Quien haya quedado plenamente satisfecho que cuelgue su traje de baño y saque la manga larga del armario para un año nuevo, porque para todos, y desde pequeños, los comienzos siempre han sido plato de Septiembre.
AD